A menos de 48 horas de uno de los duelos más esperados de los Cuartos de Final del Apertura 2025, Rayados de Monterrey recibió la noticia que nadie quería escuchar: Lucas Ocampos está fuera. El argentino, titular indiscutible y uno de los pilares ofensivos del equipo, sufrió una fractura de radio en la muñeca derecha y no podrá enfrentar al América.
El club informó que la lesión ocurrió “debido a un percance al atender una emergencia familiar” y que el jugador será sometido a cirugía, quedando su regreso condicionado a la evolución postoperatoria.
Una noticia demoledora… y con aroma a déjà vu.
La maldición de Ocampos ante América
El futbolista rosarino venía firmando un torneo sobresaliente: 5 goles, liderazgo, explosividad por las bandas y una química total con el esquema de Domenec Torrent. Su ausencia no solo modifica el libreto táctico; afecta anímicamente a un equipo que se jugaba mucho más que una serie de Liguilla.
Y es que el destino parece ensañarse con él cada vez que enfrente aparece el escudo azulcrema.
En el Apertura 2024, Ocampos arrancó motivado la Final frente al América… pero apenas corría el minuto 3 cuando un desgarre lo sacó del partido y del resto de la serie.
Rayados perdió el título y la espina quedó clavada.
Ahora, un año después, cuando el futbol le ofrecía otra oportunidad de revancha, la historia se repite con un guion aún más cruel: una fractura de gravedad lo margina nuevamente de un duelo decisivo ante las Águilas.
Hay rivales complicados… y hay rivales a los que el destino simplemente no te quiere dejar enfrentar.
Un Rayados herido, pero obligado a responder
La baja de Ocampos se suma al desafío de enfrentar a un América embalado, campeón vigente y con plantel completo. Domenec Torrent deberá reinventar su ataque en tiempo récord, encontrar profundidad sin su hombre más desequilibrante y, sobre todo, sostener emocionalmente un vestuario golpeado.
Los regios querían revancha.
Ahora necesitarán carácter, temple y un futbol casi perfecto para sobrevivir 180 minutos ante su verdugo recurrente… sin su mejor arma.

