Max Verstappen, el tres veces campeón del mundo de Fórmula 1, está al filo de la suspensión… pero no piensa levantar el pie del acelerador.
Con 11 puntos de penalización en su historial —a solo uno de ser sancionado con una carrera de suspensión— el neerlandés enfrentará este fin de semana el Gran Premio de Austria bajo la lupa de los comisarios, tras el polémico incidente con George Russell en España que encendió las alarmas en Red Bull.
Pero lejos de mostrarse preocupado, Verstappen dejó clara su postura con la contundencia que lo caracteriza: va a correr como siempre, a todo o nada.
“No puedo simplemente echarme atrás en todo. Voy a correr como siempre. Confío en mí mismo… ¿Es justo tener 11 puntos? No lo sé, pero la vida no es justa”, soltó con firmeza ante la prensa.
La FIA puede sancionar con puntos por múltiples razones: desde causar una colisión hasta ignorar señales bajo coche de seguridad virtual. Pero nada de eso parece intimidar al piloto de Red Bull, que sigue apostando por su agresivo estilo de manejo.
El choque con Russell aún resuena en el paddock. Aunque Max evitó disculparse ante las cámaras, más tarde compartió un mensaje en redes sociales reconociendo que el contacto “no estuvo bien” y fue un “error de juicio”.
“Todos cometemos errores en la vida. Aprendemos y seguimos adelante”, declaró.
Actualmente tercero en el campeonato, Verstappen está 39 puntos detrás de Lando Norris, pero sabe que un paso en falso podría costarle muy caro. Aun así, promete seguir siendo el mismo piloto feroz que ha dominado la F1 en los últimos años.
Este fin de semana, el Red Bull Ring podría ser escenario de otro capítulo explosivo en su temporada. Con una penalización colgando como espada sobre su monoplaza, Verstappen no baja la guardia… y tampoco la velocidad.