Cuando Stephen Curry embocó su noveno triple de la noche, levantó los dedos y formó un “2” y un “3”. No era casualidad: el base de los Golden State Warriors sabía exactamente lo que estaba persiguiendo. Con los 49 puntos que firmó en la victoria 109-108 sobre los San Antonio Spurs, Curry alcanzó una marca que parecía intocable: 44 partidos con al menos 40 puntos después de los 30 años, un registro que Michael Jordan había dejado como símbolo de longevidad y dominio.
“Lo hice al revés otra vez”, bromeó Curry sobre el gesto numérico. “Pero es increíble desde la perspectiva individual. La longevidad es algo de lo que me enorgullezco”.
La hazaña llegó apenas dos días después de otro despliegue monumental: 46 puntos en el primer enfrentamiento contra San Antonio. Es la primera vez desde 2022 que Curry suma juegos consecutivos con 40 o más unidades, demostrando que la molestia física de la semana pasada quedó atrás.
Un cierre digno de un ícono
Steve Kerr, su entrenador, no tuvo dudas sobre lo que ocurriría en los segundos finales. “Todos esperamos que los haga”, dijo sobre los tiros libres que sellaron la victoria. Incluso una charla matutina de Kerr —con referencias a sus años junto a Jordan en Chicago— pareció servir como chispa adicional.
Curry llegó al Chase Center con la marca de MJ en mente. Y salió como protagonista absoluto del espectáculo, como él mismo describió entre risas al decir que había sido “el cantante principal” de la noche.
Más que puntos: desafiar al tiempo
Con su nuevo hito, Curry se coloca en una lista casi exclusiva: la de los jugadores capaces de seguir anotando con brillantez más allá de los 30, en un nivel que solo Jordan había sostenido. Lo hace desde su propio estilo —triplazos imposibles, eficiencia quirúrgica y un dominio silencioso— pero con un mensaje claro:
El tiempo pasa para todos… menos para Stephen Curry.

