Cuando Stephen Curry embocó su noveno triple de la noche, levantó los dedos y formó un “2” y un “3”. No era casualidad: el base de los Golden State Warriors sabía exactamente lo que estaba persiguiendo. Con los 49 puntos que firmó en la victoria 109-108 sobre los San Antonio Spurs, Curry alcanzó una marca que parecía intocable: 44 partidos con al menos 40 puntos después de los 30 años, un registro que Michael Jordan había dejado como símbolo de longevidad y dominio.

